¿Por qué consumir canela?
La canela es una especia deliciosa y aromática que ofrece diversos beneficios para la salud si se consume con moderación. Aquí tienes algunas razones por las que podrías considerar incorporarla a tu dieta:
1. Propiedades antioxidantes: La canela es rica en compuestos antioxidantes como los polifenoles. Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, lo que ayuda a reducir el estrés oxidativo y a proteger las células del daño.
2. Control de la glucemia: Estudios sugieren que la canela podría contribuir a la regulación de la glucemia. Puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo cual es especialmente beneficioso para personas con diabetes tipo 2 o quienes buscan mantener niveles estables de glucemia.
3. Efectos antiinflamatorios: Ciertos compuestos encontrados en la canela tienen propiedades antiinflamatorias, que pueden ser útiles para reducir la inflamación en el cuerpo, promoviendo así la salud general.
4. Apoyo digestivo: La canela puede ayudar a aliviar problemas digestivos como hinchazón, flatulencia y malestar estomacal. También puede estimular la secreción de jugos digestivos, lo que favorece la digestión.
5. Potencial antibacteriano: La canela contiene compuestos que han demostrado propiedades antibacterianas y antifúngicas en estudios de laboratorio. Esto podría ayudar a prevenir infecciones.
6. Perfil lipídico mejorado: Algunas investigaciones sugieren que el consumo regular de canela puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (malo) y triglicéridos, lo que es beneficioso para la salud cardiovascular.
7. Sabor y aroma: Además de sus beneficios para la salud, la canela añade un sabor cálido y dulce tanto a los platos dulces como salados, lo que la convierte en un excelente complemento culinario.
Es importante consumir canela con moderación, ya que el consumo excesivo puede tener efectos adversos. Generalmente, se puede incorporar una pequeña cantidad de canela (aproximadamente de 1 a 2 cucharaditas al día) a la dieta como especia en platos, bebidas, batidos, etc. Si padece alguna enfermedad subyacente o está tomando medicamentos, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en su dieta.